Centro de Espiritualidad "Francisco Palau"

Un lugar para el encuentro con Dios
sábado, 21 de noviembre de 2015
34 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. COMENTARIO BÍBLICO
Lecturas: Daniel 7, 13-14; Salmo 92, 1-5; Apocalipsis 1, 5-8 Evangelio: Juan 18, 33b-37
LECTURA ORANTE DEL EVANGELIO
“¡Oh
Hijo del Padre Eterno, Jesucristo, Señor nuestro, Rey verdadero de todo! ¿Qué
dejasteis en el mundo? ¿Qué pudimos heredar de Vos vuestros descendientes? ¿Qué
poseísteis, Señor mío, sino trabajos y dolores y deshonras, y aun no tuvisteis
sino un madero en que pasar el trabajoso trago de la muerte? En fin, Dios mío,
que los que quisiéremos ser vuestros hijos verdaderos y no renunciar la
herencia, no nos conviene huir del padecer. Vuestras armas son cinco llagas”
(Fundaciones 10, 11).
Preguntó Pilato a Jesús: ‘¿Eres tú el rey de los judíos?’ Pilato, un hombre escéptico, pregunta a Jesús si es rey. Nosotros, que caminamos tras los pasos de Jesús y que queremos aprender de su manera de vivir, tan sorprendente, nos preguntamos quién es el rey de nuestra vida, quién ocupa el centro de nuestro corazón. Vueltos a Jesús, con la alegría de la fe, le decimos que queremos estar y vivir con Él. Creemos en ti, Jesús. Te amamos. Tú eres nuestro Rey. Tú eres Señor de nuestras vidas.
Jesús le contestó: ‘Mi reino no es de este mundo’. El reino de Jesús no se impone desde fuera con la fuerza y el poder, con la injusticia y la mentira; se abre camino en el corazón y se hace presente en medio de las gentes como un perfume de alegría y un destello de verdad que no tendrán fin. El trono del reino de Jesús es la cruz; de ahí nace la misericordia para con los débiles, la salud para los enfermos, la dignidad para los excluidos, el pan para los hambrientos. Jesús, tu Reino no es de este mundo, pero es de nuestro corazón. ¡Qué gozo tan grande vivir contigo, Señor Jesús!
‘Con que, ¿tú eres rey?’ ¿Es posible que un pobre crucificado, que siempre estaba con los pobres y los últimos, sea rey? ¿Es posible que un condenado a muerte se muestre tan libre? ¿Es posible que un despojado de todo, desnudo, siga revistiéndonos de dignidad? ¿Es posible que, sin empuñar armas, solo con sus palabras, con la verdad y coherencia de vida, abra caminos de salvación? Sí, es posible. Ningún poder puede apagar la voz de Jesús. Ningún escepticismo puede borrar su amor. Gracias, Señor, Rey de nuestras vidas. En la cruz muestras tu amor, tu grandeza. ¡Gloria a ti, Señor!
‘Tú lo dices: soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad’. Jesús y nosotros, cara a cara. Verdad y mentira, frente a frente. El testigo de la verdad, digno de nuestra fe, convocándonos a vivir en la verdad, alentándonos a no engañar en las cosas de Dios. El reino de Jesús, como fuente de nuestra dignidad; su entrega crucificada, como sorprendente manifestación de la realiza del ser humano, de todo ser humano. ¡Qué tarea tan fascinante! Ser, junto a ti, Jesús, testigos de verdad. Y así caminar como testigos alegres de tu verdad.
‘Todo el que es de la verdad, escucha mi voz’. La oración es una escuela de verdad. Nos acercamos a Jesús. Nos espera en la cruz. Ahí está su gloria. De su pecho abierto nace la paz para todo con conflicto. Lo miramos detenidamente, aprendiendo lo que es el amor. Bebemos de su fuente. El Espíritu pone en sintonía nuestro deseo hondo de verdad con la verdad limpia de Jesús. “¡Qué grandes son tus grandezas!
Equipo CIPE
lunes, 16 de noviembre de 2015
Posted: 15 Nov 2015 01:30 PM PST (tomado de Reflejosdeluz)
La tolerancia es el cimiento más firme de la paz y la reconciliación y nunca ha tenido tanta importancia como en esta época, en la que vivimos cambios vertiginosos. Así lo resalta el Secretario General en su mensaje de este año y llama a todos a fomentarla, promoviendo la comprensión y el respeto entre todas las culturas, desde los parlamentos a los patios de recreo en las escuelas.
La tolerancia es algo que debe aprenderse desde la infancia y que tienen que amparar los Estados, lo que contribuiría a un mundo más justo, sin violencia y sin discriminación.
La Declaración de Principios sobre la Tolerancia, que adoptaron los países miembros de la UNESCO el 16 de noviembre de 1995, resalta esos aspectos y afirma, entre otras cosas, que la tolerancia reconoce los derechos humanos universales y la diversidad de los pueblos.
Un año después, la Asamblea General invitó a los Estados Miembros a que cada año, en esa misma fecha, se observara el Día Internacional para la Tolerancia con actividades dirigidas tanto a los centros de enseñanza como al público en general.
En el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, los Jefes de Estado y de Gobierno reafirman su compromiso de fomentar el bienestar, la libertad y el progreso de los seres humanos en todas partes, así como de alentar la tolerancia, el respeto, el diálogo y la cooperación entre diferentes culturas, civilizaciones y pueblos.
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jueves, 5 de noviembre de 2015
miércoles, 4 de noviembre de 2015
Celebraciones en Roma
A partir del próximo 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, cuando se abra la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, comenzará solemnemente el Año Santo de la Misericordia convocado por Papa Francisco. De ahí en adelante se multiplicarán los eventos en Roma, cuyo calendario presentamos a continuación. Las actividades que se tendrán en la diócesis del Obispo de Roma no descartan las que cada Obispo quiera promover en su diócesis particular, de acuerdo a las necesidades de esa Iglesia local.
AÑO 2015
Martes 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada
Concepción: Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.
Domingo 13 de diciembre de 2015, III domingo de Adviento: Apertura
de la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán y de las Catedrales del
mundo.
AÑO 2016
Viernes 1 de enero, Solemnidad de María Madre de Dios y Jornada
mundial de la paz: Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la
Mayor.
Martes 19-jueves 21 de enero: Jubileo de cuantos operan en los
Santuarios.
Lunes 25 de enero, Fiesta de la Conversión de San Pablo: Apertura de
la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. Como "signo jubilar" del Papa, testimonio de las obras de
misericordia.
Martes 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor y Jornada de
la Vida Consagrada: Jubileo de la Vida Consagrada y clausura del Año de la Vida
Consagrada.
Miércoles 10 de febrero, Miércoles de Ceniza: Envío de los
Misioneros de la Misericordia en la Basílica de San Pedro.
Lunes 22 de febrero, Cátedra de San Pedro: Jubileo de la Curia Romana. Signo jubilar del Santo Padre: testimonio de las obras de misericordia
Viernes 4 y sábado 5 de marzo: "24 horas para el Señor",
comienza con la celebración penitencial en San Pedro la tarde del viernes 4.
Domingo 20 de marzo, Domingo de Ramos: Jornada Diocesana de los
Jóvenes en Roma. Sugerido para otras diócesis. Signo "jubilar" del
Santo Padre: testimonio de las obras de misericordia.
Domingo 3 de abril, Fiesta de la Divina Misericordia: Jubileo para
los devotos de la espiritualidad de la Divina Misericordia.
Domingo 24 de abril, V de Pascua: Jubileo de los adolescentes (13-16
años). Profesar la fe y construir una cultura de la misericordia.
Signo "jubilar" del Santo Padre: testimonio de las obras de
misericordia
Domingo 29 de mayo, en Italia, Corpus Christi. Jubileo de los
diáconos.
Viernes 3 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: Jubileo
de los sacerdotes. Memoria de los 160 años de la introducción de la fiesta,
hecha por Pío IX en 1856.
Domingo 12 de junio, XI del Tiempo Ordinario: Jubileo de los enfermos
y personas diversamente hábiles. Signo "jubilar" del Santo Padre:
testimonio de las obras de misericordia.
Martes 26 a domingo 31 de julio y hasta el XVIII Domingo del
Tiempo Ordinario: Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en
Cracovia.
Domingo 4 de septiembre, XXIII del Tiempo Ordinario, Memoria
de la Beata Teresa de Calcuta (5 de septiembre): Jubileo de los voluntarios y
operadores de la misericordia.
Domingo 25 de septiembre, XXVI del Tiempo Ordinario: Jubileo
de los catequistas.
Sábado 8 y domingo 9 de octubre, posteriores a la fiesta de Nuestra
Señora del Rosario: Jubileo mariano.
Martes 1o de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos:
Santa Misa del Papa en memoria de todos los fieles difuntos.
Domingo 6 de noviembre, XXXII del Tiempo Ordinario: Jubileo
de los reclusos en San Pedro.
Domingo 13 de noviembre, XXXIII del Tiempo Ordinario:
Clausura de la Puerta Santa en las Basílicas de Roma y en las Diócesis.
Domingo 20 de noviembre, Solemnidad de Nuestro Señor
Jesucristo, Rey del Universo: Clausura de la Puerta Santa en San Pedro,
conclusión del Jubileo de la Misericordia.
Lunes 25 de enero, Fiesta de la Conversión de San Pablo: Apertura de
la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. Como "signo jubilar" del Papa, testimonio de las obras de
misericordia.
Miércoles 10 de febrero, Miércoles de Ceniza: Envío de los
Misioneros de la Misericordia en la Basílica de San Pedro.
Lunes 22 de febrero, Cátedra de San Pedro: Jubileo de la Curia Romana. Signo jubilar del Santo Padre: testimonio de las obras de misericordia
Domingo 20 de marzo, Domingo de Ramos: Jornada Diocesana de los
Jóvenes en Roma. Sugerido para otras diócesis. Signo "jubilar" del
Santo Padre: testimonio de las obras de misericordia.
Domingo 24 de abril, V de Pascua: Jubileo de los adolescentes (13-16
años). Profesar la fe y construir una cultura de la misericordia.
Signo "jubilar" del Santo Padre: testimonio de las obras de
misericordia
Domingo 12 de junio, XI del Tiempo Ordinario: Jubileo de los enfermos
y personas diversamente hábiles. Signo "jubilar" del Santo Padre:
testimonio de las obras de misericordia.
Martes 26 a domingo 31 de julio y hasta el XVIII Domingo del
Tiempo Ordinario: Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en
Cracovia.
Domingo 25 de septiembre, XXVI del Tiempo Ordinario: Jubileo
de los catequistas.
Domingo 13 de noviembre, XXXIII del Tiempo Ordinario:
Clausura de la Puerta Santa en las Basílicas de Roma y en las Diócesis.
Domingo 20 de noviembre, Solemnidad de Nuestro Señor
Jesucristo, Rey del Universo: Clausura de la Puerta Santa en San Pedro,
conclusión del Jubileo de la Misericordia.
sábado, 24 de octubre de 2015
Liturgia domingo 30 de octubre de 2015
Jer
31,7-9: Guiaré entre
consuelos a los ciegos y cojos
Salmo 125: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres
Heb 5,1-6: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec
Mc 10,46-52: Maestro, haz que pueda ver
Salmo 125: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres
Heb 5,1-6: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec
Mc 10,46-52: Maestro, haz que pueda ver
El libro de Jeremías nos
muestra un aspecto de la manifestación de Dios al que no estamos acostumbrados:
la ternura. Dios nos ama sin importar si vamos por la vida como ciegos o cojos,
es decir, si a duras penas podemos caminar o si apenas vemos o presentimos por
dónde vamos. Dios nos ama, así estemos en un estado de vulnerabilidad o
debilidad absoluta, como lo puede estar una mujer encinta o una madre que
recién ha alumbrado a su hija. Dios nos ama incluso si hemos huido de él y nos
hemos refugiado en el último confín de la tierra. Y la razón de ese amor no es
otra que la de sentirnos hijos suyos, la de habernos engendrado por su amor, la
de hacernos partícipes de su reino. Una de las insistencias de Jesús era la de
vivir la experiencia amorosa de Dios como la esencia sobre la que se funda y
funde nuestra vida; y no porque ello estuviera a tono con la sensibilidad
religiosa de su tiempo.
El salmo empalma bien
con la primera lectura y nos muestra cómo la magnificencia de Dios consiste en
el rescate y redención de su pueblo. La experiencia del exilio ya no es la de
vivir en un país extranjero, sino la de sentir que ningún lugar del mundo es
extraño al proyecto transformador de Dios.
La segunda lectura,
de la carta a los Hebreos, afianza y confirma esa dimensión del
poder de Dios manifestado como compasión y misericordia. Jesús consagra nuestra
vida a Dios por medio de su vida y su Palabra. Él redime nuestras faltas y nos
encamina por una experiencia en la que convertimos en fortalezas nuestras
infaltables debilidades humanas. Él nos ofrece un camino de redención que
supera el puro precepto religioso, la simple justificación sentimental o un
vacío racionalismo abstracto. Dios es el que llama, y nosotros somos quienes
podemos responderle. Ya no queremos un gurú o un experto en religión, sino un
hermano o una hermana que camine con nosotros y nos ayude a realizar esa
vocación por la cual nos hemos hecho cristianos.
El evangelio de Marcos narra
la curación del ciego Bartimeo, el último “milagro” de Jesús narrado por
Marcos. Tradicionalmente este pasaje se ha incluido en el género “milagro”,
pero si se lo examina bien, carece de algunos elementos típicos de este género,
como por ejemplo el gesto de curación o la palabra sanadora. Estamos, más bien,
ante un relato, basado tal vez en un hecho histórico, que sobre todo quiere
acentuar la importancia de la fe como fundamento del discipulado.
El relato, dentro de
su sobriedad, está «cargado de detalles», que, sin duda, han sido puestos en el
relato con segunda intención, para facilitar una interpretación y aplicación
concreta. Marcos nos indica el lugar donde sucede este episodio: a la salida de
Jericó, la ciudad de las palmeras en medio del desierto de Judá, la puerta de
entrada en la tierra prometida (cf Dt 32,49; 34,1), paso obligado para los
peregrinos que venían de Galilea, por el camino del Jordán, a Jerusalén, ciudad
de la que dista algo más de 30 kilómetros. La Jericó del tiempo de Jesús estaba
situada al suroeste de la mencionada en el AT. Había surgido en torno a la
lujosa residencia invernal construida por Herodes.
Hay, además, una
alusión explícita –aunque suene un tanto genérica– al nombre del ciego:
Bar-timeo, el «hijo de Timeo»; Mateo y Lucas no mencionarán este detalle. Junto
con el de Jairo es el único nombre propio que aparece en Marcos antes de
iniciar el relato de la pasión. Algunos piensan que esto es debido al hecho de
que probablemente este hombre formó parte de la comunidad cristiana
palestinense.
El protagonista es un
hombre ciego, doblemente pobre, por tanto. Lv 19,14, Dt 27,18, Is 59,9 son
textos que nos ayudan a comprender la situación de los ciegos en Israel. La
liturgia ha establecido un nexo entre este evangelio y la primera lectura de
Jeremías porque en ambos casos se habla de un acontecimiento gozoso para los
ciegos.
El diálogo comienza
con una petición de Bartimeo, de hondo trasfondo veterotestamentario (cf Os
6,6), y que la liturgia eucarística ha incorporado en el acto penitencial: “Ten
compasión de mí”. La petición va precedida por el título mesiánico de hijo
de David. Esta es la única vez que aparece este título en el evangelio.
Posteriormente el ciego le llamará “rabbuní” (término que solemos traducir por
“maestro” y que el original de Marcos no traduce).
La gente lo manda
callar para que no moleste. Este mandato no tiene nada que ver con el “secreto
mesiánico” tan típico de Marcos, ya que aquí quien manda callar no es Jesús
sino la gente. Cuando el ciego se entera de que Jesús lo llama, “soltó el
manto” y, de un salto, se acercó a Jesús. Este detalle aparece también en
2Re 7,15. Es una manera de indicar el interés que produce el acontecimiento.
El diálogo posterior
se narra de una manera esquemática: pregunta (¿Qué quieres que haga por ti?),
petición (“Maestro, que pueda ver”) y respuesta (“Anda, tu fe te ha
curado”). Como ya se indicó antes, faltan el gesto y las palabras de la
curación. El acento recae en la fuerza de la fe. Esta es la que permite pasar
de la tiniebla a la luz, del borde del camino al interior del camino, de la
pasividad de quien mendiga a la actividad de quien sigue a Jesús hasta el
final.
Hoy se habla mucho de
las terapias sanadoras a través de la medicina natural, de las técnicas
psicológicas, de las tradiciones budistas, de los flujos de energía... y de los
problemas sicosomáticos, que se curan de un modo también psico-somático... Los
milagros se desnudan y se nos hacen mucho más explicables, mucho más del día a
día. La vida está llena de «milagros» para quien sabe llevarla, por quien la
lleva con coraje, con «fe». La «inteligencia emocional» (cfr. Daniel Goleman),
la «inteligencia ecológica» (del mismo autor), la «inteligencia espiritual»
(cfr. Danah Zohar), el holismo, la sinergia... nos trasladan a un «realismo mágico»
nada inaccesible. La fe mueve montañas, ya lo dijo Jesús. Los milagros de
nuestra fe no tienen por qué ser milagros-milagros, estrictamente
sobrenaturales... Al menos, muchos de los de Jesús de Nazaret parece que no lo
fueron, y los nuestros de hoy día es más difícil que lo sean. Tal vez
necesitemos simplemente «educar los ojos» con esa inteligencia emocional,
ecológica, espiritual (no en la visión lineal en la que nos educaron en el
viejo paradigma)... y volver a echar mano de la fe, del «coraje de existir»
(Tillich).
Para la revisión de vida
¿En qué sentido puedo o debo decir yo también, como el ciego Bartimeo: "Maestro, que pueda ver"…? ¿Qué necesidades fundamentales de mi vida podría expresar en mí esa oración? Voy a hacer esa oración en ese sentido, en profundidad…
¿En qué sentido puedo o debo decir yo también, como el ciego Bartimeo: "Maestro, que pueda ver"…? ¿Qué necesidades fundamentales de mi vida podría expresar en mí esa oración? Voy a hacer esa oración en ese sentido, en profundidad…
Para la reunión de grupo
- ¿Cuáles son hoy las mediaciones a través de las cuales «Dios nos llama»? ¿Qué acontecimientos transparentan hoy para nosotros la presencia del misterio y de lo sagrado?
- ¿Cuáles son hoy las mediaciones a través de las cuales «Dios nos llama»? ¿Qué acontecimientos transparentan hoy para nosotros la presencia del misterio y de lo sagrado?
- ¿Cuáles son hoy
nuestros gritos? ¿Demandamos misericordia o nos contentamos con luchar por una
mejor calidad de vida?
Para la oración de los fieles
- Para que la luz de la verdad abra los ojos de todos los seres humanos y les ayude a caminar sin tropiezo por el camino de la vida, roguemos al Señor.
- Para que la luz de la verdad abra los ojos de todos los seres humanos y les ayude a caminar sin tropiezo por el camino de la vida, roguemos al Señor.
- Por todos los
invidentes, para que se puedan integrar a la sociedad con respeto a sus
derechos y sin ser relegados a puestos marginales…
- Para que todos los
catequistas sepan unir a una buena preparación para ejercer su ministerio el
testimonio de su propia vida…
- Para que cuantos
viven sumidos en la duda, el temor o la intranquilidad se encuentren con Dios
vivo y alcancen la luz y la paz que buscan y necesitan….
- Por cuantos buscan
un mundo más justo y en paz, para que encuentren la recompensa a sus trabajos y
desvelos…
Oración comunitaria
- Dios, Padre de bondad, que nos has creado para caminar, para salir al encuentro de los demás y de ti, y que abres para ello ante nosotros el camino que debemos recorrer. Te pedimos ilumines nuestros ojos para que podamos caminar sin tropiezo y ayudar a caminar a los demás. Por Jesucristo N.S.
- Dios, Padre de bondad, que nos has creado para caminar, para salir al encuentro de los demás y de ti, y que abres para ello ante nosotros el camino que debemos recorrer. Te pedimos ilumines nuestros ojos para que podamos caminar sin tropiezo y ayudar a caminar a los demás. Por Jesucristo N.S.
jueves, 22 de octubre de 2015
Papa Francisco anuncia un Jubileo extraordinario: Año Santo de la Misericordia
Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al
centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia
Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia.
El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación.Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”.En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de2013).También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.En el texto de la edición española de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium el término misericordia aparece 29 veces.El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.
El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación.Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”.En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de2013).También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.En el texto de la edición española de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium el término misericordia aparece 29 veces.El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.
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